sábado, 28 de noviembre de 2015

El TDAH Y la gestión del tiempo




Una de las características más reconocibles del TDAH son las dificultades en el manejo del tiempo. Por ejemplo son las 6 de la tarde estamos rellenando un formulario que tenemos que acabar antes de las 8. De pronto,  escuchamos un sonido afuera en la habitación, nos pica la curiosidad y dejamos lo que estamos haciendo para mirar por la ventana. Al mirar por la ventana vemos un autobus que tiene un cartel de publicidad sobre una agencia de viajes que tiene un descuento exclusivo hasta fin de mes, esto nos hace recordar ese viaje pendiente que teníamos con la ciudad de la luz. Acto seguido nos dirigimos al ordenador y tecleamos en el buscador las ofertas hacia París, cuando de pronto se abre un anuncio desplegable con descuentos para esos botines de tacón ¡sí, esos que tanto le gustan a nuestra amiga!, nos acordamos de ella, la llamamos, se lo contamos, nos dice que gracias y aprovecha para contarnos la última con su novio ayer por la tarde, pasa un tiempo nos despedimos, ¡uf que hambre! abrimos la nevera y picamos un poco de jamón y queso, tras un cigarrito miramos la hora y….¡aaaah! las 7.56 ¡Cómo es posible! 





Cualquiera que lea esto y tenga TDAH le habrá resultado familiar. Lo esperado en una persona sin el trastorno/síndrome es que, a pesar de estar expuesta a los mismos estímulos distractores, sea capaz de ponerlos “en cola” para atenderlos más tarde (si procede) sin descuidar la tarea principal (el informe) y utilizar de forma más o menos eficiente ese tiempo del que dispone. Como dice Russell Barkley el TDAH causa una ceguera temporal (time blindness). A las personas con el trastorno nos cuesta más en comparación con el resto tener una perspectiva del horizonte temporal en relación a nuestras metas e intenciones y por eso, muchas veces (demasiadas), nuestro rendimiento en las actividades de la vida diaria es significativamente más bajo de lo esperado. 

Pero hablemos del tiempo como recurso. Como tal es muy peculiar por varios motivos: 
  •  Es esencial. Tanto que, a veces damos por hecho que lo tenemos. 
  •  Es inelástico. Lo cual quiere decir que no puede acumularse, ahorrarse ni tomarse prestado. 
  •  Es inexorable. El tiempo fluye en un sólo sentido y no hay marcha atrás.
  •  Es equitativo. A diferencia de otros recursos como el dinero, el tiempo pasa igual para todas las personas del planeta ya sean ministros, ejecutivos o limpiadores. O sea sus días tienen 24 horas, sus horas 60 minutos y sus minutos 60 segundos... exactamente igual que los tuyos.


Pese a todo nuestra percepción del tiempo es subjetiva y puede estar influenciada por nuestras creencias algunas de las más frecuentes son: 
  • Creer que nuestro tiempo es gratuíto y sin valor. Como hemos apuntado es esencial. 
  • Creer que el tiempo es inagotable. Como ya se ha señalado es escaso. 
  • Creer que "no tenemos tiempo". Como veremos más adelante siempre podremos hacer algo con el tiempo del que disponemos lo sabio es saber cómo priorizarlo. 
  • Creer que tenemos plena conciencia de cómo lo usamos.  Muchas veces no sabemos cómo evaluar el costo temporal real de lo que hacemos.
Por lo tanto, una de las claves para conseguir nuestros objetivos pasa por una adecuada gestión del tiempo. Las personas con TDAH tenemos la necesidad de concienciarnos de esto y tomar medidas de forma mucho más rigurosa que el resto. Ahora deja que reproduzca una respuesta que el político Pablo Echenique (quien tiene serias limitaciones físicas de movilidad) dio al ser entrevistado en el programa "otra vuelta de tuerka", la pregunta en cuestión fue la siguiente "he oído que eres 5 veces más lento que los demás, sin embargo tardas 5 veces menos que el resto ¿cómo es posible?" A lo que él respondió "...cuando veo a alguien que tiene más movilidad que yo, lo veo haciendo 98 cosas que no hacen falta y dos que son vitales, yo simplemente elijo, hago las dos que son vitales, es un aprendizaje...Priorizar pasa por ser la base fundamental en el éxito de la gestión del tiempo y como apuntó Pablo Echenique es algo que se puede aprender. Pero ¿Cuáles son las claves que nos van a permitir priorizar el tiempo del que disponemos? Podemos organizar el tiempo de acuerdo con dos variables: 
  1. El grado de importancia
  2. El grado de urgencia.
De esta manera el tiempo quedaría dividido en 4 zonas diferentes: 



MÁS URGENTES MENOS URGENTES
MÁS IMPORTANTES
COSAS URGENTES E IMPORTANTES: TAREAS SENCILLAS PERO NECESARIAS PARA EL DESARROLLO DE NUESTRA ACTIVIDAD
COSAS IMPORTANTES Y NO URGENTES: AQUELLAS EN RELACIÓN DIRECTA CON NUESTROS OBJETIVOS PERSONALES.
MENOS IMPORTANTES
COSAS URGENTES Y NO IMPORTANTES: REQUIEREN NUESTRA ATENCIÓN INMEDIATA, NO PUEDEN ESPERAR. RESOLVEMOS LA URGENCIA Y PLANIFICAMOS PARRA MINIMIZAR URGENCIAS
COSAS NO URGENTES Y NO IMPORTANTES: AQUELLAS QUE NOS ROBAN TIEMPO Y NO GUARDAN RELACIÓN CON NUESTROS OBJETIVOS.

La clave pasa por pasar la mayor parte del tiempo posible en la zona de cosas importantes y no urgentes para ello se ha de seguir un protocolo que pasa por, primero, reconocer y clasificar nuestras tareas y luego actuar de la siguiente manera:

Para cosas urgentes e importantes: hacerlas lo antes posible.Son esas cosas tienen un plazo externo, como rellenar un informe, llevar un recibo al banco, etc... que hay que hacer obligatoriamente, si no se hacen se acumulan y luego nos roban tiempo. Muchas veces las procrastinamos y acabamos estando demasiado tiempo en esta zona temporal lo que nos provoca estrés y agotamiento. Se recomienda que el tiempo diario a dedicar sea el 15% del tiempo.
Para cosas no urgentes e importantes son las prioritarias, dedicar el mayor tiempo posible. Son las que tienen relación directa con nuestros propósitos vitales y a las que debemos dedicar más tiempo. Pueden ser como mantenernos en forma, pasar tiempo con nuestros seres queridos, dedicar tiempo a nuestros objetivos profesionales, socializar, etc... Lo recomendado es pasar un 65% del tiempo en esta zona temporal. Si lo hacemos obtendremos equilibrio, disciplina, desarrollo personal...
Para cosas urgentes y no importantes: delegar si es posible o realizarlas rápidamente. son aquellas tareas que tienen un plazo establecido pero que no guardan una relación directa con nuestros objetivos como pueden ser las interrupciones de cualquier tipo, llamadas de teléfono, imprevistos, peticiones externas, etc... Hemos de dedicar tiempo a los demás pero sin olvidar que el nuestro es limitado. Lo recomendable es destinar un 20% del tiempo. Si nos perdemos en estas cosas nos podemos desorientar y perder el rumbo acabando con una sensación interna de frustración. Una habilidad requerida muchas veces para gestionar esta zona temporal es saber cómo decir no a ciertas cosas. 
Para cosas ni urgentes ni importantes: desecharlas.   Son esas cosas que no guardan relación con ninguno de nuestros objetivos y a las que solemos recurrir cuando procrastinamos, recurrir a esta zona nos aporta evasión pero nos hace ser irresponsables, huelga decir que el tiempo planificado para las mismas ha de ser el 0%.



Una vez que tenemos unos criterios para priorizar hay dos cosas importantes que se deben hacer para aprovechar al máximo estas categorías: 

  • Adaptarlas a las necesidades del TDAH. Esto quiere decir que estas categorías de priorización del tiempo han de ser externalizadas lo máximo posible en nuestras agendas o listas diarias. Esto requiere el esfuerzo de planificarlas a modo de pequeños objetivos diarios De nada sirve tener el conocimiento de las mismas si no encontramos la forma de acordarnos de ellas en todo momento. Además hemos de utilizar instrumentos de medida del tiempo como alarmas y avisadores que nos den un feedback constante del tiempo que estamos gastando para no perder la perspectiva y salir de esa "ceguera temporal"
  • Definir cuáles son nuestros objetivos. Esto es lo más complicado y lo que requiere un trabajo de mayor profundidad. El clasificar algo como importante o muy importante presupone que sabemos en relación a qué es importante y ese algo son nuestros objetivos, los cuales parten de nuestras necesidades y valores personales. Cuando no tenemos bien definidos nuestros objetivos caemos en aquello que ya explicamos en otra entrada llamado procrastinación y es cuando se nos suele ir el tiempo a esa zona de las cosas que no son ni urgentes ni importantes. Así pues, una buena gestión del tiempo en el fondo es una toma de conciencia de lo que de verdad importa y lo que no...
Si te gustan nuestros artículos,  no dudes en suscribirte a nuestra lista de correo para recibirlos en exclusiva en este enlace.